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viernes, 25 de diciembre de 2015

Historias de Navidad

Muchas veces cuando hablamos de Historia, especialmente cuando hablamos de los grandes números en las guerras tendemos a olvidar que esos grandes números son personas como nosotros, con sentimientos y anhelos, con miedos y bondades.

Teniendo eso en mente y aprovechando la época de fiestas vale la pena recordar un pequeño pedazo de historia, de esos curiosos capítulos que pocos recuerdan pero dicen muchas cosas, nos referimos a la llamada "Tregua de Navidad" 

A principios del siglo XX corrían tempos peculiares, tal vez similares a los nuestros, grandes avances científicos revolucionaban la industria y la forma de vida, sin embargo, el progreso no se extendía a todos, y los que se veían favorecidos querían más.
Caricatura que representa el conflicto entre las naciones europeas

Fue por esa avaricia de los países que comenzó la Primera Guerra Mundial  conocida en esa época como la "Gran Guerra", una guerra como nunca antes se había visto, pues si bien es cierto que Europa tuvo guerras muy largas y crueles durante su historia, tenía mucho tiempo que no se veía una guerra general.

Con la muerte del Archiduque austriaco Francisco Fernando el 28 de junio de 1914 comenzaba a desenrredarse el sistema de alianzas que se había tejido entre los países europeos, que no es más que "si te metes con mis amigos, te metes conmigo"
Sistema de alianzas durante la Primera Guerra Mundial

Gracias a este sistema la mayoría de los países se vieron arrastrados a la guerra, Rusia e Inglaterra al lado de Francia para enfrentar a Alemania y sus amigos, Italia y el Imperio Austro-Hungaro en una guerra que durante los preimeros años se caracterizaría por ser de las más estáticas debido a las trincheras.

La guerra de trincheras, es  una forma de pelear que se inició con el invento de las armas de fuego, donde cada ejército combatiente cava en el piso una sanja de uno o dos metros de profundidad, llamada trinchera, que defiende del contrario; en medio de ambas trincheras esta la tierra de nadie, que ambos bando se esfuerzan por conquistar para llegar hasta la trinchera del otro, aunque en la práctica esto es más fácil decirlo que hacerlo, pues al salir a la tierra de nadie un soldado se convierte en un blanco fácil

Trinchera con soldados tratando de tomar "la tierra de nadie"
En este contexto es que se desarrolla la historia que nos interesa, pues en medio de la guerra de trincheras, soldados alemanes combatían contra soldados ingleses y franceses, llevaban casi seis meses combatiendo los unos contra los otros agotados por la inmovilidad de la guerra, la muerte de sus compañeros, las inundaciones en las trincheras y las constantes epidemias, cuando se acercaba la Navidad.

Navidad, ese tiempo que ambos bandos hubieran deseado pasar con sus familias o por lo menos sin pelear alejados de la guerra... pero. ¿por qué no?... fue lo que pensaron los soldados, según los relatos de la época, los ingleses quienes comenzaron a adornar sus trincheras para la Navidad y en medio de la batalla, soldados alemanes comenzaron a gritar a sus contra partes que querían un armisticio por las fiestas.

Un tiempo sin guerra, eso era lo que ambos bando de soldados deseaban más que nadie,  un enviado de cada bando negoció los términos, los dos lados de la tierra de nadie pararían los ataques durante Navidad.

La situación no paró ahí, desafiando todas las posibilidades, los soldados de ambos bandos salieron a la tierra de nadie para un pequeño concurso de villancicos, luego a intercambiar pequeños regalos y felicitarse por la Navidad, olvidando por completo todo lo que los había llevado a la guerra y por supuesto las razones por las que odiaban al otro lado.

Durante la "Tregua de Navidad" como después se le llamó, soldados alemanes e ingleses compartieron alegremente, incluso se dice que se organizó un partido de fútbol, que de acuerdo a los testigos duró en perfecta calma dos horas sin necesidad de un árbitro

Como dijimos, al principio, una historia increíble que nos recuerda que sin importar el conflicto histórico del que hablemos, los números son personas con emociones igual que nosotros, que hacen lo mejor que pueden con las circunstancias que vivieron y que esperan por mejores tiempos

El periódico inglés The Daily Mirror con el encabezado: "Un grupo histórico:soldados británicos y alemanes fotografiados juntos"

domingo, 6 de diciembre de 2015

Uno más dos tres

 A lo largo de la historia del hombre, muchas veces las sociedades se han caracterizado por la discriminación de arte de sus miembros, por la falta de oportunidades para una vida mejor.

Una de esas formas de discriminación son las sociedades por castas, un sistema social jerarquizado, en el cual se adquiere la pertenencia a un sector o casta de la sociedad desde el nacimiento.

Dentro de las colonias españolas en América, como Nueva España, se implantó a partir del siglo XVII el sistema de castas como forma de controlar la población mestiza que iba en constante aumento. 

A continuación encontrarás algunas pequeñas historias que te ayudarán a entender la forma de vida de algunas castas en Nueva España

Mi nombre es Santiago Echeverz Zubiza y Valdés, soy el segundo hijo de Don Agustín de Echeverz y Zubiza, Caballero de Santiago, y Doña Francisca Valdés.Mis padres son herederos de un gran marquesado, así que vivimos cómodamente en una casa cercana a la catedral, en la Ciudad de México. Mi padre, además es tiene un puesto muy importante en el gobierno de Nueva España, uno como el que yo nunca tendré.
Por haber nacido en el Nuevo Mundo, no tengo derecho de ocupar un puesto importante en gobierno, o la iglesia, sin importar que haya recibido mejor educación o sea más capaz.

Mi nombre es Juan Aguilar. Mi madre en indígena y trabaja como partera, y mi padre español, él no vive con mi mamá porque mis abuelos le prohibieron casarse con ella y lo obligaron a casarse con una mujer de su misma clase.
Mi mamá es partera y una de las mejores de la ciudad, incluso las mujeres españolas se atiende con ella algunas veces. Mi papá trabaja como arquitecto, en la construcción de la Catedral Metropolitana.
A mí me gustaría trabajar como arquitecto, tal como mi papá, pero para los de mi tipo les está prohibido, pues ese trabajo es sólo para los españoles.

Mi nombre es Manuel, mi mamá es española y mi papá es negro, ellos dicen que cuando se casaron la familia de ella les prohibió volver, así que  nos fuimos a vivir al campo, donde mi papá trabaja en un ingenio de caña de azúcar y mi mamá se dedica al hogar.
Yo seguramente trabajaré muy pronto en el ingenio, aunque no quiero porque es un trabajo muy duro, lo sé porque mi papá siempre está cansado.
Yo quiero ser comerciante, pero es una actividad prohibida para las personas como yo, como muchas otras más que no puedo hacer.

Mi nombre es María, mi mamá es mestiza y mi papá es español. Mi papá trabaja en la oficina del virrey, y mi mamá siempre está en casa, ocupándose de las  tareas del hogar.
Cuando cumpla trece años, mis padres me mandarán a España, para terminar mi educación, y para buscar un buen esposo, un español, como todas las jóvenes de mi tipo. La mayoría de nosotras nunca vuelve del viejo mundo y las vuelven son otras, pues las acompaña el buen nombre y riquezas de su esposo. Yo no quiero irme de Nueva España, aun cuando eso signifique sacrificar una mejor vida con un español, pues no quiero dejar a mis padres.

Mi nombre es José, mi mamá es española  y mi papa en morisco, lo que quiere decir que es hijo de mulatos y españoles. Vivo en el puerto de Acapulco, donde mis papás se dedican a comerciar con los marineros que traen productos de Filipinas y comidas de otros lugares del mundo, a los que se les llama ultramarinos.
A mí me gustaría ir a la capital algún día, y estudiar allí para ser contador, pero mis padres no me dejan, pues dicen que salir del puerto es peligroso para las personas como nosotros, pues aquí tenemos algunos derechos más que las castas de otros lados, como la ciudad, donde a los de mi tipo no se les permite comerciar, y mucho menos ser contadores.

Mi nombre es Miguel, mi mamá pertenece a la casta de cambujos, lo que quiere decir que sus padres fueron indígena y negro, y mi papá es indígena.
Mis papás se preocupan todo el tiempo por mí, por el futuro que tengo por delante, debido a que, por la casta a la que pertenezco, seré de los más marginados en la sociedad colonial. A los de mi tipo no se les permite entrar a la ciudades más que de noche, también tenemos prohibido comerciar y si nos atrapan vendiendo algo, recibimos serías sanciones. Lo más probable es que trabaje en el campo, para un señor español que me haga trabajar mucho y me pague poco.

Ahora que leíste las historias de niños como tú peo que vivieron hace unos cientos de años en la Nueva España, realiza un esquema donde sintetices la forma de vida de la sociedad novohispana.