Los europeos se apoderaban de las
tierras descubiertas y conquistadas, convencidos de que tenían el derecho de
hacerlo, ya que llevaban la verdadera religión y civilización a los pueblos que
descubrían. Así la Iglesia Católica, como máxima autoridad de la época,
legitimó la distribución del mundo entre las potencias, con la Bula
Alejandrina, de 1493, donde el papa Alejandro VI, dividía el mundo entre España
y Portugal. Sin embargo la inconformidad de los portugueses, se firmó el Tratado de Tordesillas moviendo la línea
imaginaria 270 leguas hacia occidente.
El imperio Español: el territorio español en América se dividió en cuatro virreinatos: Nueva España, Nueva Granada, Perú y Río de la Plata, cada uno gobernado por un virrey nombrado por el rey. Los españoles también conquistaron Filipinas, en Asia, que dependía del gobierno de Nueva España. De las posesiones españolas en América, se exportaban: plata, cacao, oro, monedas, materias primas, sal, tinturas, vainilla, esmeraldas, fertilizantes, lanas pieles y carne; mientras que en Filipinas se encontraba: comino, canela, clavo, azafrán y nuez moscada, porcelana.
El imperio portugués: estableció colonias en Brasil,
organizadas como Capitanías, además de puestos comerciales en Asia y África,
específicamente en Guinea, Angola y Mozambique. Los portugueses exportaron del
Brasil materias primas, madera, aves, oro, esmeraldas, azúcar, algodón, caucho
y palo de Brasil; de Asia llevaron nuez, azafrán, papel, caña, marfil, cáñamo,
algodón, seda, vidrio y porcelana; mientras que de sus puestos comerciales en
África exportaron papel, esclavos, oro, marfil, café y sal.
Las 13 colonias Inglesas en América |
La colonización inglesa: los ingleses establecieron puestos comerciales en la costa oriental de África, la India, el Caribe y norteamérica. Sus colonias estaban pobladas por campesinos ingleses quienes no convivían con los indígenas locales y muchas veces los explotaban. Los ingleses comerciaron con pescado, madera, algodón y tabaco proveniente de Norteamérica; oro, azúcar, ron y melazas del Caribe; y nuez, azafrán, papel, caña, marfil, cáñamo, algodón proveniente de la India.
Las ciudades europeas por su parte llevaron a sus
colonias productos como libros, armas, telas, vinos, aceite, romero y trigo,
pero sobre todo, su forma de pensar y religión, que impusieron a la población
de los territorios que conquistaron.
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